¿Se puede alquilar un trastero como vivienda?

¿Se puede alquilar un trastero en Sevilla como vivienda? Esta es una pregunta que quizás te hayas hecho alguna vez, sobre todo si vives en una ciudad con precios de alquiler muy elevados. La respuesta corta es no, no se puede. Los trasteros no están diseñados ni habilitados para ser usados como viviendas, y hacerlo supone un riesgo para la salud y la seguridad de las personas que lo ocupan y de las que viven en el mismo edificio. Además, alquilar un trastero como vivienda es ilegal y puede acarrear multas tanto para el inquilino como para el propietario.

En este artículo te explicamos por qué no se puede alquilar un trastero como vivienda, qué consecuencias tiene hacerlo y qué alternativas existen para encontrar un alojamiento asequible y digno.

¿Por qué no se puede alquilar un trastero como vivienda?

Los trasteros son espacios destinados al almacenamiento de objetos que no se usan habitualmente, como muebles, ropa, libros, herramientas, etc.

No están pensados para ser habitados por personas, y por eso carecen de los requisitos mínimos que debe tener una vivienda, como ventilación, iluminación natural, agua potable, saneamiento, electricidad o calefacción.

Problemas que puede causar vivir en un trastero son:

Alquilar un trastero como vivienda implica vivir en condiciones precarias e insalubres, que pueden afectar negativamente a la salud física y mental de las personas que lo hacen. Algunos de los problemas que puede causar vivir en un trastero son:

  • Falta de oxígeno y acumulación de dióxido de carbono, que puede provocar mareos, dolores de cabeza, fatiga o asfixia.
  • Exposición a humedad, moho, polvo, plagas o sustancias tóxicas, que pueden desencadenar alergias, asma, infecciones respiratorias o intoxicaciones.
  • Falta de espacio y privacidad, que puede generar estrés, ansiedad o depresión.
  • Riesgo de incendio, electrocución o derrumbe, debido a la falta de medidas de seguridad y prevención.
  • Riesgo de robo o agresión, ya que los trasteros suelen estar ubicados en zonas poco transitadas o vigiladas.

Además de los riesgos para la salud y la seguridad, alquilar un trastero como vivienda también tiene consecuencias legales. Según el Código Civil español, una vivienda es «el lugar donde una persona tiene su residencia habitual», y debe cumplir con unas condiciones mínimas de habitabilidad establecidas por la normativa urbanística y sanitaria. Los trasteros no cumplen con estas condiciones, y por tanto no se pueden considerar viviendas.

Alquilar un trastero como vivienda supone un fraude a la ley y una infracción administrativa grave, que puede ser sancionada con multas que van desde los 600 hasta los 600.000 euros, dependiendo del grado de gravedad y del órgano competente. Las multas pueden recaer tanto sobre el inquilino como sobre el propietario del trastero, ya que ambos están incumpliendo el contrato de arrendamiento y la normativa vigente.

¿Qué alternativas hay para encontrar una vivienda asequible?

Sabemos que encontrar una vivienda asequible en algunas ciudades es muy difícil, sobre todo para las personas con ingresos bajos o precarios. Sin embargo, alquilar un trastero como vivienda no es una solución viable ni legal. Existen otras alternativas más seguras y dignas para acceder a un alojamiento adecuado a las necesidades y posibilidades de cada persona. Algunas de estas alternativas son:

  • Solicitar una vivienda social o protegida. Se trata de viviendas de titularidad pública o privada que se ofrecen a precios inferiores al mercado a personas con escasos recursos económicos. Para acceder a ellas hay que cumplir unos requisitos de renta, empadronamiento y situación familiar, y presentar una solicitud en el organismo correspondiente (ayuntamiento, comunidad autónoma o entidad colaboradora).
  • Buscar una habitación en alquiler compartido. Es una opción más económica que alquilar una vivienda completa, ya que se comparten los gastos de alquiler y suministros con otras personas. Además, puede ser una forma de conocer gente nueva y hacer amigos. Hay muchas páginas web y aplicaciones que facilitan la búsqueda de habitaciones en alquiler compartido, como Idealista, Badi, EasyPiso o Roomgo.
  • Optar por un alojamiento temporal o de emergencia. Si se trata de una situación puntual o urgente, se puede recurrir a un alojamiento temporal o de emergencia, como un albergue, un hostal, una pensión o una casa de acogida. Estos alojamientos suelen tener un precio más bajo que los hoteles o apartamentos turísticos, y ofrecen servicios básicos como cama, baño, comida o lavandería. Algunos de ellos están gestionados por entidades sociales o benéficas que ayudan a las personas en situación de vulnerabilidad o exclusión social.
  • Acudir a los servicios sociales o a las organizaciones no gubernamentales. Si se tiene dificultades para encontrar o mantener una vivienda, se puede pedir ayuda a los servicios sociales o a las organizaciones no gubernamentales que trabajan en el ámbito de la vivienda y la inclusión social. Estas entidades pueden ofrecer orientación, asesoramiento, mediación, acompañamiento o ayudas económicas para facilitar el acceso o la permanencia en una vivienda digna.

En conclusión, alquilar un trastero como vivienda no es una opción recomendable ni legal. Los trasteros no reúnen las condiciones mínimas de habitabilidad que debe tener una vivienda, y vivir en ellos supone un riesgo para la salud y la seguridad de las personas que lo hacen y de las que viven en el mismo edificio. Además, alquilar un trastero como vivienda es ilegal y puede conllevar multas tanto para el inquilino como para el propietario. Por eso, es mejor buscar otras alternativas más seguras y dignas para encontrar un alojamiento asequible y adecuado a las necesidades y posibilidades de cada persona.

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